sábado, 7 de noviembre de 2009

Moby Dick.


Hace algunos años compartía estudio con varios amigos. Trabajábamos como leones haciendo campañas publicitarias y nos pasábamos muchos días y muchas noches dibujando juntos y convirtiendo mi cafetera en el objeto mas amortizado de la historia de la humanidad.
Decidimos que cada semana, uno de nosotros pondría un ejercicio que hacer y cada uno realizaría ese ejercicio en sus ratos libres. Era una válvula de escape divertida y un buen sistema para hacer músculo y aprender a dar respuesta a un hipotético encargo que nos pudiera salir y que se escapara del lenguaje publicitario que tan bien conocíamos.

Uno de los ejercicios que pusimos fue una ilustración para una página doble de Moby Dick.

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